Aprender Sanando #1 – La integración

Foto: Costa Atlántica Abril 2021

La plataforma EuroLatinCooperation vuelve a dar espacio a voces, experiencias e ideas a través de una serie de publicaciones que se comparten dentro del marco «Aprender Sanando» un proyecto de educación integral que se está desarrollando en Argentina. Los dos protagonistas nos cuentan sus caminos y reflexiones en este primer artículo.

-Hola, soy Eli.

-¡Hola! Acá Gonza.

-¿Les contamos un poco quiénes somos, de dónde venimos, qué hacemos?

-Dale, primero vos.

-Como cada vez que conozco gente nueva, me gusta contar que mi ciudad natal es Gualeguaychú. Es famosa por su carnaval y por el conflicto que se produjo cuando llegaron las pasteras extranjeras de Botnia al río Uruguay. Nuestros vecinos más cercanos son quienes viven en Fray Bentos, a solo 30 km de distancia. Nos separa un puente y nos une el río. La conciencia ambiental ha ido en auge desde que llegó el sector extractivista de Finlandia a este territorio a colocar una mega ciudad industrial de pasteras de eucaliptus. Contamina el río, los humedales, la biodiversidad y las personas, y está en todos lados, incluso en las escuelas primarias con financiamiento.

Nací de este lado del río. Soy intensa y apasionada, las espinas de la vegetación acompañan mi personalidad. Aunque ser contadora de cuentos hace que se suavicen y se puedan acariciar. También soy Contadora Pública Nacional por la Universidad de Buenos Aires, activista ambiental y social, amante de la cocina y los libros, voladora de mentes e iniciadora de sueños y por sobre todo, viajera.

– Las presentaciones siempre me costaron un poco. Aunque muchas veces mi mente funcione en “columnas”, me resulta un desafío poder encasillarme en una serie de etiquetas cuando tengo tanto por contar. Nací en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, hace 26 años atrás. Debo admitir que siempre me costó identificarme como “Platense”, ya que viví en las afueras y más tarde me fui a vivir a la Ciudad de Buenos Aires para realizar mis estudios, trabajar, hacer experiencia y ver de qué iba el mundo. Hoy comprendo que ese mundo en donde quiero vivir lejos está de la urbanidad y las grandes ciudades.

Foto: Ecología Política
Marcha Puente Internacional en repudio a las pasteras UPM Botnia

Considero que durante gran parte de mi vida estuve dormido. Lista de causas posibles:

·         Alimentación a base de refinados (harinas y azúcares blancos), ultra procesados, animales y derivados en exceso.

·         Mandatos sociales y “deber ser”.

·         Miedo a salir de mi zona de confort.

Después de cruzar un límite y gracias a la educación comencé a cambiar de rumbo.  Modifiqué mi alimentación a una dieta basada en plantas. Mi mente se empezó a aclarar, mi cuerpo a sentirse mejor, y luego los mandatos sociales y demás ataduras cayeron por su propio peso. Con nueva información empecé a ver la vida con otros ojos y me volví activista. Primero fue por los derechos y la liberación animal, luego por las personas y finalmente se sumó el ambiente. Antes pensaba que ser activista era levantar carteles contra gobiernos y multinacionales y estar enojado, sobre todo con mi círculo cercano. Hoy siento que ser activista es hacer que las cosas pasen. Menos palabras más hechos. Construir lo nuevo. Y parte de ello es hacerlo con sonrisa.

-El enojo me ayudó a despertar a la Eli dormida, a empoderarla y que confíe en ella. Es un proceso que intento hacer consciente cada día para que mis espinas comunicacionales no duelan tanto. Eso implica tratarme con más amor, darle lugar a todas mis versiones para permitirme sanar.

“Creemos en el poder transformador y polinizador de las vivencias personales y comunitarias de sanación.”

Radio Savia

Me gustaría compartir un escrito del Día Internacional del Ambiente, 5 de junio. En ese momento nos encontrábamos viviendo en el Partido de La Costa, sobre el mar Argentino en el océano Atlántico. La playita y su poder curativo y creativo.

Estamos desconectados

en las grandes ciudades

sobre el cemento

el aire lleno de smog

nubla la vista.

El mar no es condición

para que la gente se una

no depende de él

que abran los ojos.

Los microplásticos abundan

tiñen de colores la arena fría en junio

como el corazón

de quienes siguen sin ver

que el plástico termina en el mar

o enterrado en Lavalle

o Madariaga

en uno de los cincomil basurales a cielo abierto en Argentina

o en la vereda de tu casa

o en la mesa

en la cama.

No vemos la basura que comemos

ni acá ni en Nigeria

dejá de decir que les politicxs tienen la culpa

si vos sos el que los votás

al consumir la mierda que generan

seguí lavándote las manos

yo me voy a construir un mundo nuevo.

Dicen que la juventud tiene esperanzas

y una visión del mundo diferente

le digo a mi yo del futuro

ojalá no termines como zen frustrada

si la integración es el camino

nada tiene que ver con quedarse callado

solo así se busca el punto en común

intentando trascender.

Ya no callen

no hace falta

aquí manda el útero

la sensibilidad, el amor, la ternura.

Primero hay que decir lo que molesta

lo que duele, lo que cansa

de la forma que sea

con firmeza

haciendo valer nuestro ser.

Dos meses en la playita

con la brisa del mar

cuando era chiquita

el salitre se sentía más.

Artículo: Elisa & Gonza

Poema: Elisa

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