La Agenda 2030 es una oportunidad histórica para América Latina y el Caribe para el desarrollo económico, la inclusión social y la sostenibilidad medioambiental. Esta ambiciosa agenda aprobada por los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas es una hoja de ruta hacia el progreso y salida de la desigualdad del continente Latinoamericano.
El Desarrollo Sostenible es aquel que “satisface las necesidades presentes sin comprometer las capacidades de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”. Para esto se establecieron 17 Objetivos con 169 metas asociadas.
ODS: 1. Fin de la pobreza, 2. Hambre cero, 3. Salud y bienestar, 4. Educación de calidad, 5. Igualdad de género, 6. Agua limpia y saneamiento, 7. Energía asequible y no contaminante, 8. Trabajo decente y crecimiento económico, 9. Industria, innovación e infraestructura, 10. Reducción de las desigualdades, 11. Ciudades y comunidades sostenibles, 12. Producción y consumo responsables, 13. Acción por el clima, 14. Vida submarina, 15. Vida de ecosistemas terrestres, 16. Paz, justicia e instituciones sólidas, 17. Alianzas para lograr los objetivos.
Según la CEPAL, “la Agenda 2030 representa un consenso multilateral entre gobiernos y actores diversos, capaz de tornar compatibles las políticas nacionales a favor del empleo con derechos y el desarrollo con la expansión del comercio internacional y la prevención de conflictos. Representa los compromisos que reconocen a las personas, la paz, la prosperidad compartida, al planeta y las alianzas como los principales rectores, compartidos y universales, en los que se debe basar una nueva batería de estrategias y políticas globales, regionales y nacionales, cuyo objetivo prioritario es caminar conjuntamente hacia una sociedad más igualitaria.” Por esto el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 17 cobra tal importancia y es de eje transversal, es decir, atraviesa de forma vertical a todos los otros 16 ODS, siendo responsabilidad de todos los actores de la sociedad el cumplimiento de la Agenda 2030. El ODS 17 “Alianzas para lograr los objetivos” nos muestra las nuevas estructuras para la solución de problemas complejos difíciles (casi imposibles) de solucionar de la mano de un solo actor, siendo necesarias las relaciones institucionales en las que cada parte comprometida ofrece recursos financieros y/o no financieros para proyectos que permitan el logro de uno o más objetivos de desarrollo sostenible. Hacer frente a los efectos de la globalización exige respuestas coordinadas y cooperativas de carácter internacional. Mejorar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible es una de las metas del principales del ODS 17, las relaciones entre el sector público, privado, organismos multilaterales, organizaciones civiles, universidades, centros de investigación, para movilizar e intercambiar conocimientos y recursos para el logro de los objetivos de la Agenda especialmente en los países en desarrollo. La alianzas estratégicas significan una retroalimentación entre sectores, cada uno de los cuales debería preguntarse qué se está haciendo y recordar que formar parte del desarrollo sostenible es orientarse hacia el futuro. Las alianzas exitosas son aquellas donde todos los actores ganan y donde la suma de los beneficios sea mayor a las contribuciones que puede hacer cada una de las partes por separado. Estas alianzas pueden contribuir a la financiación de programas, contribuciones para el bien público de conocimientos, contribuciones no financieras de productos, tecnología e innovación.
Para América Latina es una oportunidad buscar soluciones creativas a sus problemas estructurales de pobreza y desigualdad, para esto se necesitan mecanismos de colaboración fluidos y horizontales entre actores con capacidades y recursos diferentes pero con la mirada común de avanzar hacia el desarrollo sostenible.
Elisa BOCALANDRO
