En la República Argentina existe un total de 47 Universidades Nacionales Públicas, es decir, financiadas por el Estado Nacional en su totalidad. Esto ha permitido que el sistema de educación superior en dicho país Latinoamericano se distinga del resto de las universidades del mundo.
Para los alumnos de las Universidades Públicas de la República Argentina el acceso a los estudios es sin ningún tipo de costo individual lo que no quiere decir que nadie paga, sino que el financiamiento es de toda la sociedad a través de sus impuestos para todo aquel que desee obtener un título universitario y una formación de tal carácter, sin discriminación ni restricción alguna. Esto lleva a que tenga características particulares, desde un a exigencia mayor a nivel académico hasta dictado de clases en aulas que superan los 100 alumnos.
La más grande a nivel nacional es la llamada Universidad de Buenos Aires, posicionada por el ranking QS en el número 75 a nivel mundial, tomando en cuenta para esta valoración aspectos como la reputación académica, el personal y la internacionalización.
Dicha Institución tiene sus bases en tres pilares fundamentales: la docencia, la investigación y desarrollo, y la extensión universitaria, que da cuenta de su compromiso social.
Con un número que supera los 120.000 estudiantes y 16.000 profesores, la UBA es elegida por los argentinos por una convicción de la educación pública que defendemos y valoramos, no cabe duda que el sistema es de carácter puramente inclusivo y masivo.
Los egresados de la Universidad de Buenos Aires en Argentina, tenemos la necesidad y obligación de defender a la casa de estudios que no sólo nos formó académicamente sino emocional y socialmente para retribuir por diferentes medios a toda la sociedad que permitió que hoy día podamos ser profesionales con convicciones firmes.
La UBA entre los argentinos tiene un prestigio y respeto inigualable y hasta un dejo de miedo para aquel que quiere ingresar en este mundo paralelo que te prepara para salir a la sociedad; es una mini argentina con su órgano de gobierno, sus diferentes instituciones, toda su comunidad y muchos desafíos; es un patrimonio intangible que no se puede medir en términos económicos, es capital intelectual en formación, es un valor que defendemos y que todos tenemos muy claro: la educación pública no se toca.
